Los parroquianos de La tetería del oso malayo me observaban expectantes, con una historia asomando por los ojos. -¿Nos compras o qué?– parecían preguntar desde la portada del tebeo. Qué buena pinta tenía aquel cómic. Hasta me pareció que el oso malayo, con su media sonrisa, me había guiñado un ojo. Cuando miré el precio pensé que el oso bonachón, no sólo debería guiñarme el ojo, sino hacerme un estriptís. Por lo menos. Bueno, en realidad pensé: ¡virgensanta qué pobre soy! ¡ya están los de Astiberri hundiéndome la moral! No estaba la cosa para tales dispendios y, muy a mi pesar, devolví el tomo a su sitio, deseando que terminase pronto el infierno navideño para dejar de invertir panoja en hacer felicérrimos a otros con objetos que me importan una mierda.
Sin embargo, no iba a librarme tan fácilmente del oso y su panda. El azar y alguien que me quiere bien, hicieron que «La Tetería del Oso Malayo», de David Rubín llegase a casa en forma de regalo navideño. La tradición obliga a repartir los regalos, alabar el gusto del comprador, agradecer el detalle y conversar largo rato, mirando de reojo el regalo, bien por birria, bien por acierto. Yo me salté la parte de alabanzas, agradecimientos y ulterior conversación y me leí el cómic en el acto, casi sin respirar. Después de aquella primera lectura, me he cuidado mucho de volver a acercarme a la tetería hasta hoy, porque Sigfrido, Daumier Correvuela, Adam Kent y el resto de parroquianos tienen la virtud de conmoverme y hacerme verter, ya no una lágrima, sino mares.
David Rubín esculpe sus historias a hachazos con un trazo furioso y visceral y las cuenta a base de diálogos certeros y desgarradores silencios. No utiliza recursos fáciles para provocar el llanto o la risa y pone todas las cartas sobre la mesa huyendo de la falsa moralina y la subjetividad. No hay ni ganadores ni perdedores en las batallas cotidianas, porque cuando algo termina, todas las partes pierden un poco. La tetería es un cómic sobre oportunidades. Oportunidades que todos tenemos para empezar de nuevo, para arrepentirnos, para superar lo perdido, para seguir adelante, y para aprender a dejar atrás la porcelana rota. Porque la porcelana, como bien dice Rubín, tarde o temprano, termina por romperse. Y además, sólo es porcelana.
Maldito, David Rubín, que se arranca los cómics de las entrañas y los pone sobre el papel.
Defecalificación:
DaniKabuto dice
Me encantó “El Circo del desaliento”. El dibujo es bueno y las historias que cuenta son fantásticas.
El inane anónimo dice
Cómo diría uno que me sé: “Blooooog gafaaapaaaastaaaaaaaa, vieeeeeejoos coopulaandoooooooo…”
¿Pero que mierdas te regala la gente, no? Si tan bien te quiere, ¿por qué no te regala un tebeo del flash o algo con enjundia? Aunque por lo menos sale un Kent en la tetería 😀
Yorkshire dice
Hola, Iru de mi vida y de mi corazón, he vuelto con nuevos bríos después de mucho tiempo.
He estado apartado del mundanal ruido de la blogosfera porque tenía y debía hacer ciertas cosas que me urgían. No podía entrar a palique y hacer post porque esto es una droga muy dura, pero dura. Tú me dirás. Te deseo, aunque es a destiempo, feliz año 2007 y que te vaya bien todo, todito todo.
Te recuerdo que muchas gracias por el numerito aquél que me mandaste y que hace unos días he recibido y que ya está casi finiquitado. Es curioso, pero lo he dejado precisamente antes de leer tu historia. La quiero coger con ganas. Prometo desde aquí que os haré una reseña que te cagas (como tus Defecalificaciones) y NO TENDRÉ PIEDAD con vuestra panda 🙂
Cuando haga la reseñilla te daré el toque, ¿ok?
En cuanto a David Rbín, pues que coincido contigo de todas todas. Para más detalles pásate por mi comentario dejado en Entrecomics
Pues me pondré al día en tus post. Ya veo que has cambiado un poco el entorno de tu blog y has cambiado de ¿dominio?
Te estaré observando y ya te avisaré cuando haga la reseña de la revista.
Un beso.
Mar dice
Qué bueno que pasen los vecinos y le hagan la publicidad a una!!!
Aprovecho esta oportunidad que me brinda Iru para desearle mu feliz vuelta, Señor Yorkshire, a los tebeos en público, al menos, al público que lee sus cavilaciones sobre los tebeos.
Y ahora, para Iru, que me has aguantado estos desmanes y que hemos compartido lagrimillas virtuales,
Besitos grandes (sí, son posibles, ya te lo digo yo!)
Lord_Pengallan dice
Defecalificaciones jijiji, defecali JA JA JA. No me habia fijado hasta ahora, si es que el bater no me dejaba ver el bosque. Jijiji
Iru dice
DaniKabuto, yo el otro día me leí Las minas del Rey Salchichón de un tal Dani García Nieto, y creo que al final iré al taller de tebeos de la feria de muestras como alumna 🙂
Inane, apunta el del Circo del Desaliento 😉
Yorkshire, ¡dichosos los ojos! Feliz año a ti también. Parece que después de cada sesudo análisis, toca una larga para recargarte, imagino. Así que no reseñes la revista, que no hace falta, hombre, ¡a ver si luego vas a desaparecer otra vez! Con que te la leas, ya haces bastante. Un besico
Mar, y sigo igual, eh, que no hay manera. ¡Maldito! 🙂
Lord Pengallan, todo muy escatológico, como siempre 😉
david rubín dice
Llegué aquí a traves de un link que alguien dejo en los comentarios de mi blog, indicándome que visitara esta bitácora.
Tan solo queria agradecerte tus sinceras palabras.
gracias.
d.
Iru dice
¡Oh! Gracias por la visita, señor d.