-Llama al curro y di que no voy – le dije a mi chacha filipina el lunes pasado mientras me daba la vuelta para seguir durmiendo.
¡Un momento! ¡Si yo no tengo chacha! Ni filipina, ni que se llame Mildred, ni de ningún tipo. Con lo que me gustaría… Que se llamase Mildred, digo.
Mi chacha resultó ser un delirio quieroynopuedo, producto de un fin de semana agazapada en posturas imposibles decapando puertas viejas a golpe de pistola térmica y espátula. Resulta que esa humareda negra no era buena cosa.
Con un dolor de cabeza digno de la peor de las resacas me acordé de cómo me jactaba: -A mí esto de decapar puertas es que me relaja una barbaridad. Una barbaridad… Valiente gilipollez. Todo el fin de semana rascando pintura vieja, aspirando efluvios venenosos y ahí estaba el resultado: una puerta vieja con peor aspecto que antes, contracturas hasta en el cogote, un tremendo colocón y una chacha filipina de mentiras.
Mi estado durante la semana osciló entre deplorable y lamentable, y por desgracia ya no volví a ver a la chacha filipina. Con la de cosas que tenía para mandarle. Iba de aquí para allá dando mucha pena, enfebrecida y rígida, como si me hubiesen metido un palo por el culo. Una mezcla entre la Dama de las Camelias y Robocop, que aunque en la película lo pinten muy ágil, como concepto de superpolicía es una mierda. La rigidez no facilita en absoluto hacer el bien. Ni ponerse las bragas. Y esto no se sabe hasta que no se vive, avezados lectores.
Aproveché mi languidez febril para leer tebeos: El circo del desaliento de Rubín, El rompenieves 2, Los pecados del padre, del hijo y del espíritu santo, historias de la guerra de los Balcanes contadas por un serbio que viaja en tres tebeos más que yo en toda mi vida, La Metamorfosis, Mariano en las Américas… Y lo que son las cosas de la fiebre y el malestar general, no me acuerdo de ninguno.
¡Buen día a todos!
-ZalayA- dice
Yo este verano también tuve que dacapar todas las puertas de mi casa del pueblo, que tenian pintura de más de medio siglo. Capa tras capa de verde, azul, y demás colores que una mente sana nunca pondría en una puerta. Y si, al dia siguiente sin salir de la cama, pero igual lo mío si que fué por la resaca, no te sé decir. Besos.
-Namarië-
Pd:»416772″
Mar dice
Yo no he decapado puertas ni nada semejante en mi vida y no será porque no esté enganchada a los programas de bricolaje: ¡qué me gusta un taller enooorme con sus llavecitas allen tan colocaditas!. Pero de leer tebeos enfrebrecida sí se un rato: cómo no recordar esa gripe malvada que superé a base de devorar los MONSTER al completo, cortesía de Javi Arriola. Y también tengo que darte la razón en la locura de datos que se tiene al final del todo…
Besitos sin/con¿? efectos secundarios
Raúl Martos dice
Si es que NUNCA hay que leer comics con fiebre, luego los recuerdas a medias y no sabes si releelos o olvidarlos del todo XD
Espero que ya estes mejor 😉
Bernal dice
Recupératey cuídate guapa!
Si es que a quién se le ocurre. Lo mejor es no hacer reformas.
Por cierto… ¿cómo sabes lo que se siente con una escoba en el culo?
miguel b dice
leer tebeos con fiebre tiene esos terribles resultados… cuidese!!!
Dionisio Platel dice
Iru, amiguica… A ver, para decapar puertas, lo primero es sacarlas de sus visagras y trabajar encima de un par de caballetes, en horizontal. Cuando tienes un lado ¡Hop! Le das la vuelta y al otro. Y una mascarilla y unas gafas de protección nunca vienen mal… Tranquila que despues de rascar viene lo peor… LIJARRRRR!!!!
Dionisio dice
He puesto bisagra con V. Que lerdo…..
XCAR dice
Se te perdona por la magnífica imitación que has hecho de King África.