Esta semana los aspirantes a superhéroe demostrarán si realmente son superhéroes, vulgares adláteres, unos mindundis o unos tarados del tres al cuarto y se enfrentarán a una desagradable sorpresa en las nominaciones…
Paren el mundo que yo me bajo
Después de la expulsión del calvorota venido del futuro para salvar a la humanidad pero incapaz de deletrear mal para salvar a sus compañeros (así nos iba a salvar a los demás), el resto de concursantes regresan a la mansión superheroica. A Antoñita que hayan expulsado a Humpty Dumpty se la trae floja no sabéis cuánto. -Me alegro de que se haya ido iiiiiiiih -comenta antes de irse a dormir más contenta que unas castañuelas.
A las seis de las mañana, cuando los superhéroes intentan soñar con muñequitos articulados y hordas de fans, en lugar de con Stan Lee y su bigotito repitiendo lentamente «es una decisión muy difícil pero…» un estruendo los saca de sus ensoñaciones. Sirenas a todo trapo, ninoninoninonino, luces rojas parpadeantes y Stan Lee en su sempiterna pantalla, molestando. –Despertad, truebelievers -exclama el viejo, como si fuera posible seguir durmiendo. ¡El malvado Doctor Dark se ha colado en el parque de atracciones!
Cuando los superhéroes llegan al parque de atracciones, un buitre sobrevuela la montaña rusa dando más risa que mal rollo.
El villano se presenta, al estilo stanlee, en una pantalla como «la malvada némesis residente, el Doctor Dark a vuestro servicio«. Se oculta tras unas puertas cerradas con cuatro candados que tienen una combinación de cuatro números. Divididos en parejas, los cuatro equipos resultantes tendrán que encontrar la combinación para abrir los candados. Los números de la combinación están escondidos dentro de pirulos/postes de cuatro colores diferentes (adivinad ahora cuál es el número favorito de Stan Lee). Para averiguar dichos colores uno de cada equipo deberá subir en la montaña rusa y vislumbrar (si los giros, las vueltas y los alaridos lo permiten) los paneles reflectantes indicativos de cada color. El que permanezca abajo tendrá que correr buscando los dichosos pirulos por todo el parque. Stan explica a los concursantes que en esta prueba se verá claramente quién vale para superhéroe y quién para adláter, que por lo visto es algo ignominioso y muy chungo, por eso sus personajes no tienen adláter que valga.
Después de mucha discusión, porque casi ninguno quiere montarse en la montaña rusa, se forman los siguientes equipos:
-Axila como oteador, y Don Pin-pon, que jura que es la leche de rápido,como corredor.
-Carapán (oteador) y Sadomaso, que es asmática, como corredora. Una decisión muy acertada.
-Pardolón (corredor) y Cacafuti (oteadora), que se cambiarán a mitad de prueba por hacer un poco de todo.
-Marujinia (oteadora) y Antoñita, con sus muslos de trueno, como corredora. Otra inteligente decisión.
Don Pin-pon echa a correr y resbala al cabo de pocos metros. «No soy médico, soy superhéroe» dice quejándose de su pierna. Pues ni lo uno ni lo otro, porque se niega a subir en la montaña rusa para que Axila corra en su lugar. Axila tendrá que otear y luego correr mientras Don Pin-pon se queja amargamente. Axila y su rémora encuentran todos los números.
A Carapán le encanta subir en montañas rusas. –Eso era con veinte años, pero ahora con 38… -dice tragando saliva. Divisa todos los colores, pero, ay, Sadomaso, la corredora, tiene un ataque de asma y apenas puede correr. Todo muy dramático, como sólo ella sabe hacerlo. -Tengo que conseguirlo por Carapán. ¡Qué pesada es la tía, qué llorona, cómo berrea! Con intensidad y drama logran encontrar todos los números.
Cacafuti y Pardolón también lo consiguen.
Antoñita y Maujinia lo llevan peor. Antoñita corre, a trote cochinero, como un pollo sin cabeza y, como Rompetechos, pasa por delante de los pirulos sin verlos. Marujinia, mareada, le pide el cambio. Antoñita se niega, quenoquenoquenoquenoqueno. La cara de Marujinia es un poema: si no le mete dos hostias es porque hay cámaras delante. Antoñita, viendo más amenazada su integridad física si no se sube en la montaña que subiéndose, lo hace. No consiguen todos los números.
Unos turistas intentan distraer a los superhéroes. Cacafuti y Pardolón, que se saben guapos, se hacen fotos con ellos y les dan palique. Pardolón, que para algo es profesor de matemáticas, descubre que todos los equipos tienen los mismos números y que aunque Marujinia y el pollo descabezado de Antoñita no hayan pasado la prueba, pueden abrir los candados.
Detrás de las puertas no hay nadie. El Doctor Dark desde una pantalla, les dice que son unos principiantes y que tendrán que hacer algo más para atraparlo. –Nos vemos en la guarida – se despide jocosamente.
Whack a mole!
En la Guarida, los superhéroes están que trinan. No sólo no han atrapado al Dr. Dark sino que han encontrado una nota, que parece escrita por un psychokiller de seis años, en la que el malvado villano les advierte de que hay un topo, un traidor, entre ellos. –Es una locura -comenta Axila.
Deciden reunirse y contar cada uno por qué están en el concurso, para ver si pillan a alguno en un renuncio. Cada uno da sus razones: que si yo estoy para inspirar a la gente (Axila y sus efluvios corporales); yo porque soy un modelo cojonudo y pienso apelar a la comunidad gay (Pardolón); yo porque quiero dar una imagen positiva a las mujeres (Sadomaso, que se está luciendo); yo porque quiero demostrar que se puede ser un superhéroe sin dinero (Cacafuti); yo porque quiero representar a las madres, a los maestros, cuando limpio es cuando estoy más en paz (adivinad, ¡virgensanta!); iiiiiiiiiiih iiiiiiiiih (adivinad de nuevo); yo porque quiero hacer algo positivo por la sociedad (Carapán, que se haga médico porque como policía o superhéroe es algo birrioso). Don Pin-pon, que lleva muy mal lo de abrirse a gente que no conoce de nada y que ni siquiera le caen bien, pone cara de sospechoso y finalmente dice: –Estoy aqui para demostrar que si aprendemos del pasado podremos tener un futuro mejor.
Como no ha pronunciado las palabras ejemplo, sociedad o inspirar, a todos les suena a chino, a mentira gorda. ¡Tiene que ser el topo! Antoñita da su parecer –La honestidad siempre me ha hecho perder amigos. Ahora no tengo ningún amigo, por ser honesta. Ahora será por la honestidad, no por que no haya diso que la aguante…
Don Pin-pon sale de la habitación muy oportunamente, y presenciamos un momento salsarosa a la americana. El corro de marujas la emprende contra el judío de la raquetica: que si es muy raro, que si no comparte, que si es condescendiente. En definitiva, lo ponen a caer de un burro. Pardolón se muestra reticente: –Don Pin-pon debería estar presente... Carapán, que lo mismo vale para mandar que para poner a caldo al más pintado, responde que son críticas constructivas para alcanzar un consenso, y que luego (ya si eso) se lo dicen.
Marujinia, finalmente da en el clavo. No hay topo que valga. -El verdadero enemigo es el Doctor Dark, no nosotros.
Nominaciones y expulsión
En el techo de la guarida, Stan Lee les dice que no hay ningún topo, que el Dr. Dark les ha tomado el pelo (y van…) y comienza a darles la brasa como de costumbre. A Carapán le dice que mucho lider y mucho policía, pero que luego lo engañan como a un chino. Felicita a Marujinia por su frase lapidaria y a Pardolón por descubrir el truco de los candados. A Cacafuti le recrimina que se hiciese fotos con los turistas, a Antoñita que bajo presión actúe como un pollo sin cabeza, a Don Pin-pon y a Sadomaso que no quisieran montarse en la montaña rusa cuando no valían para otra cosa, y a Axila porque no obligó al judío de la raquetica a montarse y lo tuvo que hacer todo él (¡encima!).
Don Pin-pon, que se defiende diciendo que hizo frente a su dolor de pierna. ¡Guau!
Antoñita, que dice que hará lo que Stan diga. A eso lo llamo iniciativa.
Cacafuti, que le jura y le perjura que tiene muchas cosas que enseñar. ¿Más aún? ¡Guau!
El expulsado es Don Pin-pon, que ha tenido muchas oportunidades de abrirse y ser heroico y sigue siendo un mediamierda. Don Pin-pon sostiene que ha sido fiel a su traje, a su misión y a su personaje y que no hemos visto lo último por su parte. Y ojalá sea cierto, porque se echará en falta la cara de loco que ponía mientras Stan Lee le largaba el rollo.
No se vayan todavía… ¡aún hay más!
Los superhéroes bajan de sus peanas y se encaminan de vuelta a la mansión, cuando Stan Lee les dice que vuelvan a sus respectivos sitios. Resuena la musiquita. Chaaaaaaaaaaaná chaaaaaaaaaaaaaaaaaná. -No tan rápido… Don Pin-pon no va a ser el único que vuelva a casa esta noche.
Nomina a Axila como responsable indirecto de la expulsión de Don Pin-pon, a quien no ha ayudado a superar sus miedos. El pobre mozo, sin comerlo ni beberlo, se encuentra enfundado en un traje ridículo por no haber montado el pollo que semejante vejación merecía y (¡encima!) nominado por no haber agarrado al judío cuentista del cuello y haberle metido de una patada en la montaña rusa.
Finalmente el viejo Stan expulsa, con dolor de corazón, a Antoñita la fantástica y a sus desmesuradas posaderas.
Llorando, no sabemos si de alegría por no escucharla más o de pena, el resto de concursantes la abrazan y le dan palmaditas en la espalda. –No te vayas desilusionada -dice Stan- Lo has hecho muy bien. ¡Eres una superheroína! Antoñita, mientras se aleja, sólo tiene lloros, mocos, buenas palabras para sus compañeros y para Stan Lee y un culo como un pandero.
Cuando los superhéroes regresan a la guarida se encuentran con que la han desvalijado…¡y han robado sus identidades secretas! -Es muy difícil para mí, no creo que pueda continuar-confiesa Sadomaso, la alegría de la huerta.
¿Qué ocurrirá ahora? ¿El mundo entero sabrá lo tarados que están estos concursantes? ¿Los telespectadores descubrirán al fin el teléfono de Cacafuti y se acabará el programa?
¡Buen día a todos!
Lord_Pengallan dice
Muslos de trueno jajajaja
Jorge dice
Joer, hay que estar muy mal para entrar en un programa así… peor que los de Gran Hermano incluso…
Chewi dice
Una pena, porque Don Pin se estaba convirtiendo por mucho en mi favorito. Tendré que buscarme a otro… y está la cosa difícil.