Leyendo las aventuras de ese par de patosos que son Blue Beetle y Booster Gold, me doy cuenta de lo mucho que tengo en común con esos dos tipejos. Mortadelón hablaba hace unos días sobre el balón saltador de Mortadelo. Yo también tuve uno de esos balones cornudos, que me proporcionó chichones, poca diversión propia y mucha a los demás. Lo mismo ocurrió con ese infame objeto llamado Boti-bota, que era un palo amarillo con Botilde, la mascota del undostrés, en un extremo, y en el otro un aro para meter el tobillo. La gracia estaba en aguantar el máximo tiempo posible con este hulahop tobillero, intentado no tropezar con la dichosa Botilde. Desgalichados y poco talentosos, abstenerse.
Hace un par de semanas, en el tren, me acordaba de esto y dibujé lo que veis a vuestra, euuuuh, derecha, mientras el viajero que se sentaba a mi lado, ingeniero de una famosa empresa de zumos, vinos y gazpachos, me contaba que ya no iban a fabricar los gazpachos del Mercabroma. ¡Indignación! De ahí al fin de mundo hay un paso.
En definitiva, que entre mi don natural para el canto y mi falta de garbo, soy carne de JLA. De la de Giffen, claro.
¡Buen día a todos!