Como os contaba ayer, mi colección de cómics y de libritos azules de ciencia ficción de Orbis corría gran peligro. Por si fuera poco (ya lo habéis comentado algunos), nadie parecía saber de qué bicho se trataba. Echaba de menos algún manual de cría, cuidado y destrucción del lepisma, ese gran desconocido. Una amiga me contó que tenía una caja herméticamente cerrada y salieron montones de lepismas al abrirla. Ni Tamariz. Mi madre explicaba que los lepismas se hacían (ellos a sí mismos) ¡de la humedad! Ni huevos ni gaitas. Entre unas historias y otras, el lepisma estaba alcanzando para mí cotas de ser mitológico o leyenda urbana, como el unicornio o el señor que regala caramelos con droja a la puerta del colegio.
Los lepismas, en su inmensa desfachatez, se apareaban en mis narices. Para hacerse de la humedad, eran un tanto promiscuos… De ahí que el folleteo bajo la amenaza de Los muertos vivientes no me parezca nada del otro mundo, porque yo, zapatilla en ristre y ojerosa por las mañanas, soy lo más parecido a un muerto viviente que puede encontrarse nadie. En invierno, los lepismas se reunían en torno al calefactor a planear la conquista del mundo, haciendo uso del derecho constitucional de asociación.
Por suerte, un afortunado reventón de tuberías inundó el mesón de abajo y arrastró a las alcantarillas los sueños cthulhulianos de los lepismas y, de paso, a ellos mismos. La pintura blanca antihumedad, antimoho, antibacterias y antivecinasdearriba hizo el resto.
Ahora tengo unos años por delante hasta que se reagrupen, mientras se vuelve a pudrir el almacen del calvorota de abajo. He ganado esta batalla, pero la guerra continúa.
¡Buen día a todos!
Little Nemo's Kat dice
Además de incrementar mi léxico de invertebrados, me dejas el alma en vilo con esta historia de los lepismas. Y yo preocupado por los dramas adolescentes de Phoebe Gloeckner, inconsciente ante la amenaza… ¡Hay que aliarse!
DaniKabuto dice
Creo que los lepismas se aparean de la siguiente manera: el macho abandona una gota de semen en una esquina cualquiera del excusado, su medio natural, y la hembra la recoge, cuando le viene bien. Muy prácticas, las lepismas hembras; como todas las mujeres, vaya.
Iru dice
Señor Gato, ríete, pero en una que nos descuidemos, ya estamos invadidos. Igualito que en Starship Troopers… La pena es que les gustan los libros añejos y el papel reserva gran bouquet…
Dani, y si vieras el rito de apareamiento, una risa. Corretean en círculos como posesos los dos lepismas ignorando la amenaza zapatillil que se cierne sobre ellos, luego cada uno se va por su lado, y es entonces cuando el macho deja la gotilla. El roce lo llevan malamente. Anda que no me documenté para mis tiras masomenos cómicas. Ya te enseñaré alguna cosa.
peter stillman dice
pues ojerosa por las mañanas estás la mar de majica… aunque sin zapatilla, claro… le preguntaré a mi hermana (rubia y bióloga, ¿quién da más?) por los lepismas estos…
un besito!!
DaniKabuto dice
Esto no puede seguir así ¿Dónde está ese material? Iru, del próximo post no puede pasar. O me quemo a lo bonzo. Pero tengo más dudas ¿También se masturban dsesde la distancia?
El inane anónimo dice
Peter (si es que ese es tu verdadero nombre), ¡tu hermana es como Ana Obregón!!
DaniKabuto dice
Seguimos waiting for Goe, el entomólogo aficionado que dejó de ser dibujante de comics aficionado…
Goe dice
El lepisma es un insecto que para vivir necesita ambientes humedos y grietas. Si se eliminan estas dos, desaparece. De todas formas me sorprende mucho que este insecto se este comiendo tus libros, porque no suele causar grandes daños…Creo que es posible que haya otra especie que sea la que cause estragos en tus libros.