Desde pequeños nos intentan inculcar el valor moral de la bondad. – Si no eres buena -decía mi abuela – vendrá el hombre del saco y se te llevará. El hombre del saco, del que sólo se sabe que tenía un saco, debía de ser el colmo de la maldad. Estaba claro que algo turbio había en lo de «ser bueno» cuando mi abuela recurría al chantaje y al miedo.
En el colegio descubres que ser bueno sólo tiene inconvenientes, y que el hombre del saco no existe, porque si existiese no daría abasto con tanto gamberro campando a sus anchas y saliéndose con la suya. En la adolescencia, en el caso de las mujeres, no vemos el atractivo en los bondadosos pardillos, y perdemos el culo por los cabrones con pintas. Durante todo este tiempo los buenos chicos y las buenas chicas sólo se han ganado capirotazos en la cabeza, chicles pegados en el pelo, algún mote degradante, y por supuesto, no comerse un rosco. La «jungla laboral» tampoco es el medio idóneo para ejercer la bondad. -O comes o se te comen– me avisaron una vez. Jeeesús.
Con semejante panorama, los panolis que nos creímos de críos aquello del hombre del saco y que somos de natural buena gente, sólo podemos soñar con la dulce maldad. Y es que, tanto en la ficción como en la vida real, los malos gozan de un carisma y un atractivo que ya les gustaría a los buenos. Y en el fondo, todos queremos jugar a ser el malo, aunque sea de mentiras.
Hace algunos años participé en un juego de rol, en el que casi hubo tortas por el papel estelar de villano. El organizador, temiendo por su integridad, acabó sorteando el dichoso papel y dejándonos al resto de jugadores la posibilidad de elegir bando. Se respiraba maldad en el ambiente. Aquello iba a ser peor que Newcastle. Ya que a mí no me había tocado el papelón de antagonista, decidí vender mi alma al mal a la primera de cambio. No podía desaprovechar mi perfecta caracterización de pérfida villana: una mezcla entre la lola se va a los puertos y los burdeles de paprika. Hoy en día me pondría una toga para hacer de mala, pero por aquel entonces, la imagen que yo tenía de una mujer mala, era más bien la de una mala mujer.
La premisa del juego consistía en que el mal se avecinaba (¡oh!) personificado en el suertudo jugador (¡maldito!), y para evitar dicho advenimiento (¿quién quería evitarlo?), teníamos que encontrar la daga de la verdad, es decir, un cuchillo romo, de los de untar, y un espejo de baño. Después debíamos soltar una parrafada ante el malo esgrimiendo las dos cosas. Ninguno prestamos mucha atención a la parrafada que iba a salvar el mundo. ¿Para qué? Mientras esperaba a que el mal me tentara, encontré, sin demasiado esfuerzo, tanto el cuchillo como el espejo. Tenía en mis manos la oportunidad de alinearme en el bando del hombre del saco, en el de los morbosos atractivos, pero entonces me acordé de John Wayne diciéndole al predicador de mis amores: «Hijo, tienes que ser de los buenos, porque ya hay demasiados malos». Y era verdad.
Así salvé al mundo. Una de las veces.
¡Buen día a todos!
Mar dice
estoy sguiendo un curso CCC de «Ser mala, pero mala de lo peor» a distancia y no paso ni uno solode los tests: los profes han desistido. No valgo ni para ser mala a distancia!!! De vez en cuando, alguna maldad, pero casi ni cuentan el el computo total…
Besitos de los buenos
(¿lo ves?)
Burbuja dice
Las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes.
Por cierto, los tíos con parche tienen un noseque, un queseyo, quepaque.
Este te ha quedado…ufffffff
Lord_Pengallan dice
No es por meterme contigo ni nada, pero que llevas en las manos?? He estado mirando tu dibujo en grande un rato,al final despues de haber desentrañado tus extrañas reglas de la perspectiva (es que ni el vaso, ni la barra del bar, porque es un barra de bar no? ni el espejo y el cuchillo, que me han costado lo suyo identificar, estan en el mismo plano. Eso si que es Escher!!), no he podido identificar lo que sujetas. Aaaaarg, espera, espera, que lo tengo, que son tus puños cerrados!! No, si, no, si, si, es eso verdad?? No puedes haber hecho manos de mas de 5 dedos. Vaya, se nota que no he visto a muchas chicas malas. 🙁
En otro orden de cosas, gracias por haber salvado mi vida y la del mundo entero. Cada vez soy mas fan tuyo (y grupi si me dejas:).
XCAR dice
Chefo, ponte ese parche del que llevas hablando tanto tiempo ¡YA!
Bernal dice
Jugando a Rol?
Mira, eso no lo sabía.
Yo en el cole, siempre he estado en el bando de los malos. Estaba en medio de todos los fregados pero no me comía un colín.
Dionisio dice
Arggghhh!!! Al principio pensaba que la chica se sujetaba los pechos con esas manos de multiples dedos, pechos cuadrados, deformes, pero despues de leer el comentario de Lord Penllagan, he mirado con más atención el dibujo y lo he visto claro: la chica esta sentada, apoya los codos en las rodillas y sus manos cerradas hacia dentro, envueltas en mangas de encaje, sujetan su barbilla. Eso es otra cosa, mucho mejor.
El tuerto mola, como molan Nick Furia o Goliath.
XCAR dice
Además, la gente tuerta mola más porque tienen un agujero extra en el que… bueno, ya sabéis.
Que conste que eso lo leí en un tebeo de nuestro políticamente correcto Líder.
Iru dice
Mar, ni falta que hace 🙂
Burbuja, tooooma, claro, como que es Jesse Custer, Predicador. Está bueno con ojo y sin él .)
Lord Pengallan, ¡ya estamos con la perspectiva! ¿Nunca has visto camisetas con flecos, encaje, chorreras y demás zarandajas? Y sí, son puños, no dos patatas como decía otro que conozco. Es un bar de estos modernos, de dos niveles, que no tenéis mundo ni ná. Bah, la incomprensión del artista… Ah, y de nada. Por tu vida, digo 🙂
Berni, un pasado de pandillero juvenil, eh 🙂
Dionisio, ¡¡otro qué tal con los dedos!! ¡Sólo me pasó una vez ponerle seis dedos a alguien! Jesse Custer mola más que Nick Furia y Goliath juntos, anda que no.
Xcar, argh.
Lord_Pengallan dice
Es que los puños deberian haber llevar unos nudillos, o al menos una de las falanges de los dedos. Realmente parecen patatas. Ja, ja, ja. Bueno, perdona, que esto seguro que no te hace tanta gracia como a mi. El tema es ese, al menos el puño derecho deberia haber sido mas detallado para llevar a confusion (el tamaño pequeño tampoco ha ayudado).