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En Blanco

De salones

Marchando una de olivas negras

4 mayo, 2008 By Ana S. Palacín

Kalitos y MoebiusMi abuela decía que comer olivas negras por la noche traía sueños. Lo que nunca me contó era que si comías un número par de olivas, los sueños eran buenos y si no, pues no. La de pesadillas que me hubiera ahorrado. Ahora entiendo por qué me encuentro soñando cosas como mi boda con Charles Burns, o el cocodrilo de dos patas que se comió a mi vecina de arriba, o aquella invasión alienígena y, hace unas semanas, con Kalitos diciéndole a Moebius que era un manta durante el Salón de Cómic de Barcelona mientras levantaba el dedo como sólo él sabe hacerlo. Ahí es nada. Un manta. Moebius. Y luego el señor Santamaría cuandoserámía nos echaba del Salón a nosotros y a nuestro cubo de birras. Afortunadamente todo quedó en un sueño producido por la ingesta masiva e impar de olivas negras y la realidad fue bien distinta: ahí tenéis a Kalitos posando ¡y hasta tocando! a Moebius.

Aunque no se cumplieron mis negruzcos presagios, pasé el Salón de Cómic febril, empastillada, con la nariz como un tomate, mocos a tutiplén, la voz tomada (no al estilo Bonnie Tyler, sino más bien como Arévalo imitando a un gangoso) y, sobre todo, SIN BEBER UNA MIERDA. Como siempre, lo mejor ha sido conocer nuevos amigos y ver a los de siempre, que nos aguantan año tras año, como Mar, mi Mar, nuestra Mar, la Mar de España y el resto de entrecomiqueros; Carlos y Encarna, a quien debo un dibujo en su flamante libreta nueva, ¡con los ánimos que me das siempre y qué rancia soy! mil perdones, Encarna; Carol, que no sólo ha encandilado a XCar, sino que a mí también me tiene en el bote; Jordi, el tipo que año tras año, aparte de comprar absolutamente todas las novedades, se quita la camiseta para nosotros mí y que cada vez viene más buenorro; Latro tan contento como siempre; Mortadelón repartiendo chapas a diestro y siniestro; Fresús y esa barbaca con la que intentaba impresionar a la morenica de las rastas (y nada), Luzzo que desde que sale en la tele me trae loca, la amiga Rain, el muchacho tan majo que dibuja algo de un mosquito pero no sé como se llama y el resto de los Hojaldre de Pez; Javi Metal y su historia de los chinos con palos en la que cada vez hay más chinos; Fram, el sufrido bibliotecario; Oriol, el Titi, Gambarte, Bellvi, Grassa, Graziella, los Cretinos, el amigo Berni, Forondín, Queco, EmeA y su flamante camiseta de Malavida que tantas alegrías le da, Jorge Bonet, Chacaaaaaal (mano en garra amenazante), el bueno de Yogur, Va-la-in-gaur (¡toma!) y su impresionante sonrisa, Conner Kent con quien me faltó más charrada, un mozo que se llama Kalígula (creo) -pero escrito raro- que parecía muy majo, Franchu, algunos cuyos nombres se me escaparon…

Y sí, este año también hubo tocamientos…

¡Buen día a todos!

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¿A qué esperas?

14 diciembre, 2007 By Ana S. Palacín

Que sí, que empieza hoy. Y yo con estos pelos (definitivamente dejar unas tijeras a mi alcance no es buena idea), mirando el reloj como una posesa y deseando embutirme (no hay otra palabra, ya es navidad en el súper) en la camiseta de Malavida y veros a todos, conocidos y por conocer, este fin de semana.
¡Nos vemos!

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Expocómic, ¡arriba los alerones!

8 diciembre, 2007 By Ana S. Palacín

Y es que menudo tufo había en la Expocómic de Madrid. Un olor muy familiar, como de autobús maño en día de mercadillo, cambiando las marujas por frikis disfrazados, que no sé que es peor. El recinto de Expocómic, como otros años, diminuto; los pasillos, estrechos y abarrotados; la ventilación, ¿qué ventilación?; los baños, como de garito de madrugada; y una de gente hacinada allí dentro… Aunque tropezarme con Eme A y su camiseta malavidera fue una agradable sorpresa, el ambiente cargado del sábado por la mañana no invitaba a quedarse, así que enseguida cambiamos los efluvios corporales por un chuletón cojonudo en Lavapiés con los amigos de las news de cómics y demasiado vino. De vuelta por la tarde, gracias al vinate de la comida y a la compañía de los alegres muchachos de Entrecómics, el olor a sobaquina rancia de Expocómic parecía menos asqueroso. Andaba por allí El critiquitas, con ese porte y ese savuafer que solo da la nobleza o ser un bloffero de alcurnia. Pude ver (o eso creo) brevísimamente a Aza, a Diego Moreno y a Mike haciendo unos dibujos alucinantes en vivo. A mí sólo con pensar en dibujar frente al tendido me entran unas tembladeras tremendas. De nuevo no sería capaz de reconocer a Diego, y ya van…, ni a Mike. No soy yo, es el vino. Los entrecomiqueros estaban en su salsa llevándome como un dominguillo y presentándome a todo el que pillaban. Pero sólo me acuerdo del vino. Del vino y de la tradicional performance pacomartinezsoriana con Mar, que va camino de convertirse en una institución.

En el guetto (no hay otra forma de llamar el sitio dónde habían escondido a los fanzineros) estaban Nacho Galilea, los Rantifusos, y los Ojodepez, más contentos que unas pascuas con su merecido y flamante premio. Lo de flamante es un decir, porque el premio parece más un truñaco vacuno que el pretendido oso y madroño. El gran Fresús, a quien el premio ha investido de un indudable atractivo (atención, morenicas con rastas) y sabe lo que nos gusta, se pagó unas birras y nos enseñó su última barrabasada, el fanzine Adobo, de humor bestiajo y desternillante.

En fin, que llevo unos días yendo en autobús de un lado para otro y me parece estar aún en la Expocómic. Pero sin cómics, ni vino, ni performance, ni nada.

¡Buen fin de semana!

¿Verdad o felpa?

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Desde Getxo con amor

28 noviembre, 2007 By Ana S. Palacín

Me está costando recuperarme del Salón de Cómic de Getxo. Ya no sólo por el cansancio de estar tres días de pie berreando con voz de cazalla, sino por las pocas ganas que tengo de volver a la rutina. El cubo de hielos y cervezas ha demostrado por enésima vez su utilidad; nuestro colectivo Cinco sin sacarla y el Stupiderman 2 de Kalitos se han vendido como churros; ningún jevi se ha quedado sin su Ríchal, soltero y metalero, y le hemos visto el chiflo a Kalitos. No se puede pedir más.
En Getxo hemos encontrado muchas caras amigas, como Verónica Casas, que lleva camino de ser la próxima Victoria Francés (o mejor) y a la que sólo le falta el corpiño y sacarse las tetas; Joseba el editor de Aleta, a quien los malavideros tenemos mucho cariño, Jordi Bayarri que aguanta (sí, éste es el verbo) como un jabato nuestras payasadas, Jorge de El Faro de Leioa, que nos trajo una foto-recuerdo de su amoroso encuentro con Kalitos (pondré las fotos mañana) y nuestros compañeros Cretinos de quienes era imposible no hacerse fans (Molina, guapo ¿estás soltero y solo en la vida?). Andaban también por allí Jorge Iván, Germán y mi amiga Carmen, loca por atesorar muñequitos de Star Wars y los entrecomiqueros, que como los Dalton son de todas las alturas y todos tienen bigote, y entre ellos mi Mar, siempre solícita, que me presentó al hipnótico Carlos Vermut y al Pepo Pérez, un tipo la mar de majo al que me hubiera gustado tener de profesor de derecho administrativo y no a los tres aburridísimos loracos trajeados que se repartían la asignatura.

Lárgame un cilindrín, fotero. El viernes, de mala mañana y peor gana salimos de Zaragoza en el seat panda -o lo que sea- amarillo de Dionisio cuando aún no estaban puestas ni las calles. A mitad de camino, cuando sólo podía tirarme del coche en marcha, los malavideros me contaron que unos muchachos que estaban haciendo un documental sobre los fanzines iban a grabarnos durante todo el día haciendo lo que mejor sabemos hacer en los salones, es decir, el gañán. Y yo con estos pelos. Si hay algo que me aterroriza más que las cámaras fotográficas son las cámaras de vídeo. Ahí no hay pose, ni mueca aprendida ni «es que salgo mal en las fotos» que valgan. Lo que hay es lo que sale. Bajo la atenta mirada de la cámara descargamos el coche y montamos el chiringuito con la misma naturalidad con la que se lleva un palo metido en el culo. Pero, con el paso de las horas, viendo lo majos que eran Guillermo y Amancio, los realizadores, y sobre todo debido al efecto vigorizante de las birras, terminé disertando ante la cámara acerca de si los jubilados follan o dejan de follar y contando que para mí dibujar cómics era como hacer figuritas con mierda. O algo así.

Texas, 1978. El sábado fue un no parar de gente. Aún estaba con el donus en la boca y la primera birra mañanera cuando empezaron a llegar compradores de otros años para saludarnos y llevarse las últimas novedades. En Getxo, no nos cansamos de repetirlo, el público parece, de entrada, muy serio. Les increpas, haces cuatro bromas de regular o mal gusto, sonríen levemente (si sonríen) y se marchan impertérritos: «nonono, que sólo estamos mirando, luego volvemos». Y es cierto, la mayoría regresan. Y no sólo vuelven un rato más tarde, sino al año siguiente y al otro. Así, Jose, Iker, Unai, Joseba, Beltza otros amigos con nombres que soy incapaz de escribir, el tipo que el año pasado se llevó seis o siete Macarias y aquel otro que tiene todas nuestras camisetas fueron desfilando el sábado y el domingo por el stand, deseándonos mucha suerte, comprando los tebeos de rigor y despidiéndose hasta el año que viene. Kalitos, cuya caracterización de samoano del año anterior fue muy celebrado, repitió dejándose pintar con rotuladores indelebles esa calva tan golosa para maldades que tiene. A la hora de comer tuvimos la suerte de coincidir con los Cretinos (ellos tuvieron menos suerte), que gracias a Kalitos, ya se pueden presentar a un Saber y Ganar con el tema de Sid Vicious. Anda que no vais a fardar contando lo que ocurrió en Texas en 1978, granujas.

Por la noche, una vez que Kalitos se hubo limpiado las barrabasadas del tozuelo, descubrimos que para cruzar el puente colgante y llegar a los bares y a la farra había que pagar. Esperamos que no tomen ejemplo en Zaragoza, que aparte de oler a col y haber paletadas de mierda en la calle, tiene puentes a rabiar y, de momento, son gratis.
Muescas en la culata. El domingo al punto de la mañana, un niño y su yayo vinieron sin vacilar hasta nuestro stand. El yayo se apartó a un lado y el chavalín vació su monedero sobre los tebeos, contó cuidadosamente las monedicas y pidió tímidamente el Stupiderman 2. Que le gustó mucho el anterior, me explicaba el yayo. Víctor Santos, muy atento, se acercó al stand no sabemos si queriendo o no, pero seguro que se arrepintió, y me firmó un tebeo encajando con una gran sonrisa todas las chanzas, chistes y achuchones de Kalitos. Mientras yo, con los ojos en blanco, tachaba mentalmente autores que ya nos conocen para próximos salones de cómic maños y rezaba para que no pasara Pepo Pérez, a quien le aguardaba una suerte parecida.
Cuando llegamos de madrugada a Zaragoza, entre los nervios, el cansancio y la euforia apenas pude dormir. Pero cuando lo conseguí lo que no podía era levantarme al día siguiente.

¡Buen día a todos!

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VI Salón del Cómic de Zaragoza

25 octubre, 2007 By Ana S. Palacín

Cartel del VI Salón de Cómic de Zaragoza

Este es el cartel del VI Salón del Cómic de Zaragoza, obra de XCar, que tendrá lugar los días 14, 15 y 16 de Diciembre. Mucho mejor que el año pasado, que nos pilló con el buche a reventar de mazapanes y langostinos navideños zum zum zum. Al igual que todos los años la entrada será gratuita y se regalará un tebeo dibujado por talentazos aragoneses. Están previstas un montón de actividades para todos los gustos. Para los gustos más exquisitos, exigentes y delicados ahí estará el stand de Malavida, lleno de desaprensivos monigoteros increpando al personal y echando mano continuamente a un cubo rebosante de hielo y birricas. A ver si este año no les quito las birras a los viandantes… Estamos trabajando en ello. Y a ver si acude al Salón, como mínimo, tanta gente como el año pasado, que parece que a muchos maños les pagan por quedarse en casa.

¡Buen día a todos!

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Soy un buitre leonado de cuidado (Jornadas del Cómic de Avilés)

20 septiembre, 2007 By Ana S. Palacín

Lamentablemente yo no soy ninguna buitresa leonada ni de ningún tipo, así que de Avilés he vuelto con lo puesto y por los pelos, porque ¡joder! qué bien se come en tierras asturianas. No sé qué me impactó más, si la abundancia de autores o los choricillos a la sidra. Creo que esto último. Los autores más que verlos, se intuían allá donde hubiese una marabunta de gente con cuadernos. Nadie quería quedarse sin su dibujo. Daba igual quién fuese el autor o qué cojones dibujase, porque mientras tuviese un lápiz en la mano no le iban a faltar moscones. Así como el acoso a los autores me resultaba indiferente o incluso desagradable, las charlas informales de la carpa, donde un imponente Hulk de diez metros recibía a los visitantes, me gustaron mucho. Qué coño, me gustaron a rabiar. Acodados en la barra del bar o sentados en las mesas, pudimos escuchar, birra tras birra, las anécdotas de Miguelantxo Prado, David Rubín, José Domingo de Barsowia (¿dónde demonios se consigue en Zaragoza?), Norman, Yesus, Ángel de la Calle, Pere Pérez, o a Kenny Ruiz quejándose amargamente de la piratería que le quita el pan a sus hijos.

En esta carpa abierta día y noche, venciendo mi lastrante timidez, pude conversar con Philippe Dupuy en una mezcla de franchutenglis que me hizo desear haber sacado más partido de las clases de gabacho. Dupuy es un hombre hablador y risueño que al ver el Malavida especial México Lindo (ya me costó dárselo, ya) abrió unos ojos como platos y me explicó que había estado unas semanas en Tijuana para hacer un reportaje (creo) y que las cantinas estaban llenas de transexuales y prostitutas. Y si no dijo eso, fue lo que mi malsana cabeza tradujo. También me habló de un cómic que le había firmado aquella tarde a un muchacho y en el que había una historieta de luchadores mexicanos. Y hete aquí que apareció el muchacho en cuestión, que no era otro que David Rubín ¡el agarrrrrrrotador de pinreles! (léase con la voz de Héctor del Mar). Susto gordo pero ni calambres ni agarrotamientos. Y así, gracias a Dupuy, que con el cómic en las rodillas relataba cada viñeta de su historieta de los luchadores, conocí a David Rubín, un tipo la mar de majo y accesible que lo mismo le daba a las birras que a los cubatas, y a José Domingo, un talentazo del bizarrismo. Otros autores de los que era imposible no hacerse fans son Ventura, con esa peculiar visita guiada que hizo de su propia exposición (y porque se parece a Michael Ende y eso siempre mola) y Sagar, quien ganó el premio al autor más gambitero durmiendo una media de cuatro horas durante toda la semana y (claro) luego no dio todo lo que debía en el partidillo de fútbol, en el que el equipo friki demostró que cazando dibujos no hay quien les gane, pero balones mediante son unos maulas.
No sé si repetiré visita a las jornadas, pero a Asturias, a comer choricillos a la sidra, seguro.

¡Buen día a todos!

(El título de la entrada parafrasea una canción de Los -irreverentes- Gandules)

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Avilés: autores y calambres

9 septiembre, 2007 By Ana S. Palacín

El año pasado, Carmen, una amiga lectora de cómics, residente en Gijón, guapa, simpática y con todas las virtudes que cualquier comiquero podría desear, nos puso los dientes largos contándonos sus aventuras durante las Jornadas del Cómic de Avilés con Al Barrionuevo, Phil Jiménez y muchos más. Aventuras que fui incapaz de emular en Getxo o en Barcelona bien porque me tropiezo con los autores en el momento más indecoroso e indigno posible, bien porque la cercanía de un autor saca la tartamuda que hay en mí, me agarrota el dedo gordo del pie y me priva de cualquier gracia que no sea la de ¡mira a esa tía qué risa!

Este año, entre otras cosas, será Carmen quien recoja a los autores (¡afortunados ellos!) y quien aguante a todos sus colegas que, envidiosos de sus relatos, acudimos a Avilés en tropel.

Sólo se oyen alabanzas acerca de las Jornadas del Cómic de Avilés, pero no sé muy bien qué se hace allí, acostumbrada como estoy a emborracharme en un stand y a increpar a los visitantes. Unos, desconocedores de mi timidez, dicen que pida dibujos a los autores; otros, algo más realistas, que los emborrache y de paso me emborrache yo; y los más prácticos, que mejore mi inglés hablando con ellos. Entonces rememoro mis hazañas y me acojono: me veo tartamudeando en vergonzante inglés, añugada, agarrotada hasta el tuétano y, para colmo, felicísima de ser mujer.

De cualquier manera, tartamuda, ebria, o desempolvando el viejo diccionario de inglés, estoy deseando ir.

¡Buen día a todos!

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Salón de Cómic de Barcelona, y llegó el infierno

27 abril, 2007 By Ana S. Palacín

El sábado por la mañana me desperté con una resaca del quince y ampollas. Algunos malavideros deben de tener metida en el culo una batería de litio porque no paran, se ponen hasta el ojete, madrugan, se van a pasear al puerto y están tan campantes. No es mi caso, que soy más de pilas del tacién, y después de dos días de trajín, arriba y abajo, desgreñada, con las allstar falsas, los pies recocidos y el calambre del dedo gordo, estoy para los tigres. Y encima a madrugar.

Al ver la cola que había el sábado para sacar entradas para el Salón me dio un pasmo. Primero pensé en la que nos esperaba y luego en que la gente era idiota, los organizadores unos listos y el marketing lo más grande. Cientos de personas pagando la entrada a un sitio para seguir comprando dentro.

Cuando logré llegar al stand, los incombustibles malavideros me dijeron que Mar había venido a buscarme. Otra que chupa baterías o algo. Aunque Mar estaba pendiente del horario de firmas de Alex Robinson -a los entrecomiqueros les encantan las firmas de autores-, al verme en tan deplorable estado, me acompañó a tomar un café. Estábamos hablando de tetas, que si las dibujo pellejeras, que si las tetonas esto y lo otro, mientras la miraba de reojo preguntándome si las suyas serían de verdad o de palo como las mías. EmeA, que tampoco quitaba ojo, fue testigo de la prueba definitiva. Que lo cuente él. Os lo contaría yo, pero una es una señorita con principios. Mar, digo. Con esto de las tetas se deben desprender muchas feromonas de esas, así que apareció también Álvaro Pons con quien estuvimos departiendo sobre temas de vital importancia para el mundo del tebeo como si parece más viejo en las fotos, que lo parece, o lo mucho que comen los gatos, que no lo sé porque lo único que tengo en relación con ellos es alergia. Que no se diga que no hay nivel en el Salón de Cómic de Barcelona. Otra conversación de alto copete fue la que mantuvimos con el Señor Gato cuando se acercó al stand a saludar. ¿Para qué comentar la psicología subyacente en From Hell o la sexualidad reprimida en Blankets? ¡Si son pajillerías de las que ya se ha hablado mil veces! Mucho mejor hacerle notar lo guapo que es en persona, lo joven, ¡y lo bien acompañado que iba!

Saludamos también a Victor de la Fuente, que nos recordaba de la noche anterior. Como para olvidarnos después de los besuqueos, los brindis y la jarana. Dionisio es muy fans de Victor de la Fuente y hasta conocía detalles que el propio Víctor no recordaba. Menudo freak. Dionisio dice que es su dibujante preferido de siempre, de toda la vida, por encima incluso de Richard Corben. Pamplinas. Que se prepare Corben si viene algún día al Salón, que le va a salir un hijo barbudo y crecidito. La cosa es que cada vez que Dionisio desaparecía sabíamos que estaba dándole la turra a Víctor de la Fuente.

El salón para los que llegamos el jueves terminó por fin, y quedó un reemplazo de malavideros lozanos y en casi pleno uso de sus facultades que terminaron de vender el domingo absolutamente todo lo que habíamos llevado. En el viaje de vuelta descubrimos que Dionisio, sabrá mucho de cómic del año del pedo, pero de noche ve menos que pepeleches, y entre eufóricos y derrengados, estuvimos hablando de Lando Buzzanca y cantando Santamaría, cuando serás mía.

En fin, que gracias por todo. Estoy deseando veros otra vez.

¡Buen día a todos!

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Salón de Cómic de Barcelona, en tu fiesta me colé

25 abril, 2007 By Ana S. Palacín

–¡Yo quiero esta habitación! ¡Para mí esta habitación! ¡Mataré por esta habitación! -se me ocurrió decir el jueves nada más llegar a los apartamentos. El viernes por la mañana descubrí que soy como Paco Martinez Soria en La ciudad no es para mí. Una moderna de quiero y no puedo. Veo una habitación molona con baño incluido rollo loft sin puertas y me lanzo. Después resulta que es el único baño -a compartir- de la casa, que la ducha es un agujero, muy cool, pero un agujero en medio de la habitación, que no tiene cortinas ni mampara, ni bombilla, que no se ve ni pa jurar y que el agua salpica hasta la cama. En fin, menudo ojo.

El viernes se notó el aumento de visitantes en el Salón. Sobre todo en nuestro stand, en el que habíamos colgado un cartel de Se permite fumar y cagarse en dios. No sabemos a qué venía más la gente, si a fumar o a cagarse en dios, pero de paso se llevaban algún tebeo. Desde Sevilla venían Candela y su madre, que traía unas ganas locas de echarse un cigarrito y la charrada pertinente. Candela tiene diez años y es fans de El Jueves. Bueno, de lo que queda después de que su madre censure la revista a golpe de tijera. Coincidió que, en ese momento, estaba Azagra en el stand y a la niña le entró una vergüenza tremenda cuando supo que dibujaba en El Jueves.

-¡Cómo son los críos! -pensaba mientras me ponía a la fila de David Rubín a que me firmara El circo del desaliento. Me gusta mucho como narra, como dibuja y lloro con la mitad de sus historias. Con la otra mitad aguanto a duras penas. En definitiva, soy muy fans. Decidí decirle algo ingenioso para caerle bien, sin parecer una fans desquiciada como en mis tiempos de los New Kids on the Block. Qué tiempos. Como todo lo que se me ocurría era de fans desquiciada, decidí decir algo inteligente para dar una imagen de comiquera culta. Conforme iba avanzando la fila no se me ocurría nada inteligente ni ingenioso. Entonces se me agarrotó el dedo gordo del pie. Empecé a balancearme adelante y atrás en la fila, fingiendo que me asomaba a ver qué dibujaba a los demás. Ay, que me tocaba. Un dolor, unos nervios, una chicharrina… Concentrada en extender mi dedo gordo no dije ni pamplona, así que Rubín sigue sin saber la fans tan poco desquiciada, tan ingeniosa y tan culta que tiene.

Aproveché después, una vez recuperada la movilidad de mi dedo gordo, para hablar con los editores de Bang, que siempre nos tratan fenomenal. Yo quiero que me adopte Masa (creo que se llama así el editor) para leer tebeos de gorra, sobre todo ahora que está al caer Por encima de las nubes, de Jordan Crane. ¡Masa, adóptame! Esteban Hernandez, un tipo encantador al que luego espantaron el resto de malavideros (malditos), me firmó su Culpable. No sé cómo pueden mantener la calma y marcarse esos dibujos mientras los miramos como mochuelos desde el otro lado de la mesa. Qué profesionalidad.

Por la noche, en la fiesta de entrega de premios nos lo pasamos en grande. Yo me sentía como en la gala de los Oscars pero sin reconocer a nadie. Como marca la etiqueta malavidera acudimos en chancletas y zapatillas. Kalitos aportó la nota de glamour llevando un chandal de tergal. Comimos y bebimos gratis, y jaleamos como berracos desde la primera fila a todos los nominados y ganadores. A lo mejor, hasta nos pasamos. Naaaaa. El premio al mejor fanzine se lo llevó el estupendo Barsowia, y el premio popular, Gutter. Aproveché el anonimato de la masa para llamar guapo a Rubín. ¿Desquiciada yo? La Juana se animó y pidió que se desabrochara (más) la camisa.

Nuestro amigo Bernal recibió el premio popular a autor revelación para sorpresa de muchos (o eso dijeron los presentadores que ya se podían haber ahorrado la coletilla). Cuando Berni subió a por el premio estába lívido y con más careto de tener que pagar el convite de todos que de haber ganado un premio. Más tarde subió el Conseller a decir unas palabras y nadie le prestó atención, pero a nosotros se nos notó más. Esto no le sentó demasiado bien a Santamaría (cuando serás mía), director de Ficomic, y nos comentó en un apartado que estaba molesto con nosotros (o algo así). Se produjo entonces una situación bennyhilliana con Kalitos confundiendo a Santamaría (cuando serás mía) con un atractivo traductor a quién fue a explicarle que malavida essstamosss muy contentossss dessstar aquí, mientras el otro le contestaba que a él qué le importaba. Un despropósito.

Cuando la fiesta parecía que no podía dar más de sí, aún estuvimos besuqueando a Víctor de la Fuente y brindando con su esposa, Elena, por el futuro del cómic. Graciela, una mujer guapísima de la organización de Ficomic, nos llenó de abrazos y de fotos. Después nos despedimos y seguimos de fiesta en el Prize con Bellvi y Juani, Luis Durán, Peluki, Tamayo y con el incombustible Javi Metal.

Luego más. ¡¡Buen día a todos!!

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Salón de Cómic de Barcelona, jueves de birras y telarañas

24 abril, 2007 By Ana S. Palacín

¡Qué bien lo pasemos, como nos reímos y cuanta gente vimos!

El jueves tempranico, a las seis de la mañana, con legañas en los ojos y el frío metido en el cuerpo salimos de Zaragoza rumbo a Barcelona en un Seat Panda amarillo cargado hasta las trancas. Menudo madrugón. No era justo. Al salir de mi casa aún había jovenzanas de farra por la calle o tal vez fueran prostitutas. En mi barrio nunca se sabe. Cuando llegamos a la Fira, vimos que repetían muchos de los empleados del año pasado, como el puerta anónimo que siempre nos compra las novedades y nunca me acuerdo de su nombre (Oriol, leñe, se llama Oriol), Celia, o Iria, una pelirroja cañón y nuestra mayor fans, que se vino de cañas con nosotros y hasta nos proporcionó material de contrabando. ¡Mil gracias porque nos ha venido de escándalo para el día del Libro!

Nuestro stand estaba situado enfrente del de Spiderman 3. ¡Ey qué guay, el trailer de Spiderman 3! ¡Atiendeeee, que lo ponen otra vez! ¡Y otra! ¡Y veinte! ¡Y doscientas! ¡Y mecagoensusmuertosacaballo! Y es que, salvo a la hora de comer, repetían constantemente el dichoso trailer. Un trailer de esos que en dos minutos cuenta la película de pe a pa. Con una musiqueta cansina que no olvidaré mientras viva: chaaaaaaaaaaaaaaaaná chuuuun chaaaaaaaaaaaaaná chuuuuuuuuuuun. A mi entender, la peli se podría resumir así: Spiderman se vuelve idiota (más de lo que era) cuando un montón de chapapote que no hay dios que se quite, le cae encima del traje. También sale un pescatero. Y se pegan. Fin. A las ocho horas ya estábamos del chaaaaaaaaná chuuuun, del alquitrán, del pescatero y de la madre que parió a Sam Raimi hasta las narices.

El jueves y el viernes son los días más tranquilos del Salón de Barcelona. Se vende bien, se puede respirar en el recinto, no sudas la gota gorda y además se puede charlar con cualquiera que se acerque, como EmeA, de Adlo, siempre yendo a y viniendo de buscar mujeres, menudo crápula. Otro que no se pierde una es Javi Metal, el mejor caricaturista de España cuando va sereno y el segundo mejor cuando va borracho. Estuvo con nosotros, haciendo caricaturas a quienes nos compraban tebeos y contando, con voz de carraca, unas historias que, de año en año, van adquiriendo proporciones épicas y que a este paso serán objeto de un álbum en un futuro venidero.
También apareció el guapo mozo gafapasta, a quien conseguí desnudar el año pasado. Venía con la foto que le hicimos la vez anterior, impresa, para que la firmáramos. Menudo alegrón verlo allí. Lo que él no sabía era que le habíamos sacado en el Malavida 13. 5000 ejemplares con su foto empelotao. Este año repitió estriptís y estaba en mucha mejor forma. Como el año próximo venga otra vez, creo que no voy a poder resistirme a sus encantos gafapastiles.

Seguro que pasaron muchas cosas ese día más pero como íbamos borrachos no nos acordamos. Menudo negocio hizo el paki con nosotros y qué gran invento el pozal con hielo para meter las birricas. Y eso que sólo era jueves y aún tenían que aparecer por el stand Latro, Mortadelón, Chacal (groaaaaaaaarrrr), Franchu, Aza, Xavifi, el gran Fresus y la morenica de las rastas, Malagón, Mel, Mar y su infartantes tetazas, el Titi y un montón de fans del metaaaaaaaaaaaaaaaaaal.
Luego más. ¡Buen día a todos!

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