El sábado por la tarde, en la segunda semana de Aragón, tierra de beodos, tuvo lugar una charla animada y moderadamente interesante acerca de si el cómic es un reflejo de la sociedad actual y si puede competir con otras alternativas de ocio. En dicha charla participaron Carlos Ezquerra, y los malavideros Marcos J. Wander y Dani García-Nieto y no se acusó a nadie de beber más de la cuenta. Creo que fue porque Carlos Ezquerra no ha tenido ocasión de vernos en nuestros peores momentos.
En los corrillos de aficionados es una discusión habitual si los niños (y los no tan niños) prefieren jugar con la nintendo ds a leer o si antes había más afición por los tebeos que ahora. Todo esto sin llegar a ninguna conclusión válida, porque siempre está la facción ceniza en contraposición a los más optimistas. Así que de la charla no se sacamos en claro ninguna conclusión.
Paseando por la exposición conocimos a la madre que parió a Carlos Ezquerra, una señora amable y cariñosa, que posó encantada delante de una de las obras de su hijo y que que nos contó a varios interesados como Latro, Mortadelon y yo misma, las vicisitudes de su hijo hasta llegar a ser dibujante profesional. Nos explicó curiosidades cómo que el emblema del águila del cinturón del Juez Dredd está inspirado en una peseta de las de Franco. Nos dijo, entre otras cosas, que tiene cajas de tebeos en casa que regala a chavalines para que practiquen inglés, aunque algunos son un poco violentos, como el del Peregrino, añadió. Qué mujer más maja.
Me quedaba la curiosidad de saber si la madre de Ezquerra había apoyado la afición de su hijo por el dibujo o si hubiese preferido que fuera juez, médico o ingeniero agrónomo como quien dice.
-¿Qué hizo cuando su hijo le dijo que quería dedicarse a esto? -pregunté
– Siempre le apoyé -respondió – Desde el principio.
¿Quién no querría una igual? Soy mucho más fans de la madre de Carlos Ezquerra que del propio Ezquerra.
¡Buen día a todos!