No contentos con molestar a los chinos, ahora les toca el turno a los marroquíes. Mirad lo que ha enviado otra amiga, que no ha encontrado nada más a mano para leer durante sus vacaciones en Marruecos. El plan maestro era arrimarse a algún buen mozo con la excusa de la foto y la revista, pero los días fueron pasando y…
A ver malavideros, algo estaremos haciendo mal cuando son nuestros colegas los que no paran de viajar, mientras nosotros nos quedamos aquí preparando el próximo número de la revista.
Así de dura es la vida del dibujante fanzinero, amigos lectores.
Muchas gracias a Ana por su aportación y ¡le deseamos más suerte en el terreno amatorio la próxima vez!