Terminé Derecho como muchos terminamos las pelis que nos llevan a ver obligados y resultan ser una mierda, los libros aburridos, o los cómics mal escogidos que cuestan un dineral, es decir, rezongando a posteriori, echando pestes y clamando al cielo por las perricas gastadas y el tiempo consumido.
Ahora he vuelto a la Universidad a estudiar una cosa de esas raras del Plan Bolonia. A pesar del curro, de los lepismas y las bolisas haciéndose fuertes en casa, los exámenes, los dichosos ensayos y la pila sin leer de tebeos y de libros de ciencia ficción, no puedo ni rezongar ni echar pestes de nada, porque por fin, la peli que he elegido ha resultado ser de las buenas. No como el libro de Hija de Marte, de Heinlein, que lleva cogiendo polvo desde septiembre. Y es que Heinlein no cuela como niña de trece años. Como señor de mirada inquietante, vale, pero como adolescente marciana… pues no.
¡Buen día a todos!